Trinidad es una verdadera ciudad-museo, donde se conservan con esmero construcciones coloniales de los siglos XVIII y XIX. Sus calles adoquinadas, casas de colores vibrantes y encantadores patios interiores evocan el pasado esplendor de la ciudad. Recorrer sus calles es transportarse en el tiempo, a una época en la que el ritmo de vida era más pausado y las tradiciones se mantenían intactas.

La Plaza Mayor fue restaurada en la década de 1980, antes de que la ciudad fuera reconocida como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. En ella se encuentra la estatua de Terpsícore, la musa de la danza y la música, símbolo del arraigado espíritu cultural de la ciudad.

Si deseas conectar con la naturaleza, el Parque Natural Topes de Collantes ofrece impresionantes paisajes y cascadas, como el famoso Salto del Caburní. Para llegar a este paraíso natural, puedes recorrer el Sendero Vegas Grandes, uno de los más impresionantes de la zona. También, a poca distancia de Trinidad, se encuentra la ciudad de Cienfuegos, conocida como la Perla del Sur, desde donde puedes visitar las espectaculares cascadas de El Nicho, ubicadas en la Sierra del Escambray.